miércoles, 18 de octubre de 2023

EL EVANGELIO DE SAN MATEO (II)

 Pincha aquí para leer la primera parte de la exposición sobre el Evangelio de Mateo


La relación con el judaísmo fue un problema clave en la Iglesia primitiva y esto se refleja prácticamente en todos los escritos del Nuevo Testamento y especialmente de manera acusada en Mateo.

El evangelista subraya que Jesús es el Mesías enviado al pueblo de Israel. Éste rechaza al Mesías con lo que el contraste se establece entre Israel y el nuevo pueblo de Dios, la Iglesia cristiana. Hay un nuevo pueblo de Dios, abierto a todas las naciones, que se basa en la aceptación de Jesús, en la fe en Él y el cumplimiento de sus enseñanzas. Se acaba la situación privilegiada de Israel pero no se excluye a los judíos. 




La primera designación de Jesús es Mesías; esto responde a la preocupación de presentarle como el Mesías enviado a Israel y como cumplimiento de las promesas. también tiene mucha importancia la descendencia davídica de Jesús, por ello este evangelio es el que más utiliza la expresión "Hijo de David".

El título más importante que se le da a Jesús es el de Hijo de Dios; es el misterio intimo de su persona. A diferencia de Marcos, la confesión de su filiación divina no se reserva para el final del evangelio; los discipulos le reconocen como Hijo de Dios (Mt 14, 33) y también aparece la confesión de fe de Pedro (Mt 16,16). Es en la pasión donde se muestra que Jesús no es Hijo de Dios por una exhibición de poder que podría bajarle de la Cruz, sino en su aceptación como consecuencia de su fidelidad al proyecto del Padre. 




Es también el evangelio donde con más frecuencia habla de Dios como Padre y en el que más veces Jesús habla de "mi padre", dando a entender su relación única con Dios.

Resulta también característico de San Mateo la frecuencia con la que Jesús es invocado como Señor por distintos personajes que se dirigen a Él. Sus discípulos no se dirigen a Él llamándole "maestro" sino Señor, que indica una invocación a Jesús resucitado, presente y actuante en la Iglesia y que un día se manifestará glorioso como juez definitivo.

Para Mateo, en Jesús se realiza la presencia de Dios en medio de su pueblo y este nuevo pueblo se caracteriza por su relación con Jesús. Por eso es "Dios con nosotros".

También se encuentra la designación de Hijo del Hombre, siempre en boca de Jesús a modo de autodesignación.


martes, 3 de octubre de 2023

EL EVANGELIO DE SAN MATEO (I)

 


El evangelio de Mateo siempre ocupó una posición de preeminencia en la Iglesia primitiva de tal manera que cuando se hacía referencia a la enseñanza de Jesús, se recurría a Mateo; de hecho, en un primer momento era considerado "el evangelio" y fué a partir del Siglo II cuando se afianzó el reconocimiento explicito de los cuatro evangelios canónicos que conocemos. Lo que más llama la atención de esta composición de Mateo es su carácter sistemático, sus discursos y la preocupación doctrinal del autor. 

Mateo deseaba responder a una cuestión importante en su tiempo: la relación con el judaísmo. Presenta una síntesis y mediación entre posturas, lo que también influyó en su consideración por parte de las comunidades y a su difusión.

Esta preeminencia se mantuvo hasta el Siglo XVIII cuando con los estudios críticos surgió la teoría de las dos fuentes que hacía de Marcos el evangelio más antiguo y acentuó el interés por esta composición. Con el paso del tiempo volverá a surgir el interés por Mateo al considerar que cada evangelio es un proyecto teológico y literario propio aunque los autores hubieran recurrido a fuentes ya existentes.

El Evangelio de Mateo se considera una síntesis del Evangelio de Marcos y la llamada "fuente Q".  La existencia de esta fuente es una hipótesis de trabajo que surge a raiz de las similitudes que existen entre los Evangelios de Mateo y Lucas.  Q es la primera letra de la palabra alemana quelle, que significa "fuente" y se trataba de una colección de palabras de Jesús sin un contexto muy definido, escrita en arameo y que se tradujo al griego.

Mateo resulta una obra de carácter narrativo con composiciones elaboradas en torno a un núcleo temático, para ser leído de una manera continuada.



Asímismo se percibe una dimensión doctrinal. El evangelista desea instruir a su comunidad sobre los distintos aspectos del Reino de los cielos. Esto se pone de manifiesto en los cinco grandes discursos que se van insertando y van conectando las secciones y proporcionando sentido a todo el conjunto. Cada discurso tiene su tema presentando distintos aspectos del Reino de los Cielos:

Mt 5, 1-7, 29. El sermón del monte: Jesucristo proclama el Reino y sus exigencias.

Mt 9, 35-10, 42. Discurso de misión: la extensión del Reino.

Mt 13, 3-52. Discurso en parábolas: la naturaleza del Reino.

Mt 18, 3-34. Discurso eclesial: la comunidad que acepta el Reino de los cielos.

Mt 23, 1-25, 46. Discurso escatológico: preparados para la venida del Reino.

Aparte de esta dimensión doctrinal con el fin de instruir a su comunidad, el evangelista también incluye aspectos sobre la historia de la salvación, aspectos cristológicos y eclesiológicos. Hay una presentación progresiva de Cristo como Hijo de Dios, en donde confluyen las esperanzas del antiguo testamento pero va a ser rechazado por su pueblo y así surge la Iglesia abierta a todas las naciones. El Mesías enseña y predica la buena noticia del Reino y sana toda dolencia y enfermedad en el pueblo; los discipulos son enviados para continuar su obra. Posteriormente, Jesús se retira y se centra en sus discipulos dada la oposición e incredulidad de su entorno. Tras la ruptura con el judaísmo, se situan el discurso de despedida, la pasión y los relatos pascuales: se reitera que Jesús es "Dios con nosotros".