Esta catequesis la podemos realizar con un grupo de adultos en la fe, a los que les podemos proponer que lean el texto primero y después lo presentaremos en catequesis y podremos ir comentándolo.
En primer lugar, hacemos una presentación de la Encíclica de Benedicto XVI.
¿Se puede amar de verdad a Dios? SI
Dios está cercano a nosotros y viene hacia nosotros, en los sacramentos, la fe de la Iglesia, otras personas, intervenciones en nuestra vida, signos de la creación.
¿Podemos amar al prójimo al que queremos y al que no? SI
Si somos amigos de Dios, si esta amistad es importante para nosotros, amaremos a quienes Él ama. Quiere que seamos amigos de sus amigos y lo seremos si estamos cercanos a Él.
PRIMERA PARTE
No se comienza a ser cristiano por una idea sino por el encuentro con un acontecimiento que nos da un nuevo horizonte a nuestra vida.
Dios nos ha amado primero y lo hace no para que nos quedemos de brazos cruzados pensando que Dios es muy bueno xq me quiere mucho sino que ese amor es para comunicarlo a los demás y esto no se trata de un mandamiento sino q es a través de esta respuesta a Dios y esta comunicación de su amor como vamos a ser felices. Dios en definitiva lo que quiere es eso: que seamos felices.
Comienza analizando el término amor. Eros: amor entre hombre y mujer.
Philia: amistad.
Agapé: concepción bíblica del amor, supera el egoísmo y va al encuentro del otro; renuncia, sacrificio.
Se ha llegado a contraponer los términos eros y agapé; el amor mundano y el amor basado en la fe. La cultura cristiana se guía por el agapé y los cristianos por el eros.
Pero Benedicto XVI cocmenta que eso no es así: eros y agapé van unidos; lo que inicialmente es eros va creciendo y se preocupa cada vez más de la felicidad del otro, con lo que se transforma en agapé. Si no es así, entonces estamos ante una desviación del amor. No son mundos paralelos sino que abren a nuevas dimensiones.
La novedad de nuestra fe
En el Deuteronomio se expone una novedad con respecto a otras culturas y otras religiones: Dios ama al hombre, le ha creado; esto es predilección, escoge a Israel para salvar a través de él a toda la humanidad.
Este amor goza de las dos dimensiones, eros y agapé. Israel rompe la alianza, adora a otros dioses. Dios debería repudiar a Israel, pero es un amor que perdona, un amor tan grande que va en contra de Dios mismo. Aquí vemos reflejado el misterio de la Cruz; Dios da su vida por nosotros, justicia y amor se unen.
Benedicto XVI lo pone también en relación con la Eucaristía. Jesucristo se entrega por nosotros, nos hace partícipes y nos une a esa entrega. Esto tiene unas consecuencias y es que no solamente estamos Cristo y yo en esa unión sino que esta unión me hace salir de mi mismo y unirme a todas las demás personas.
Vemos que el amor a Dios y al prójimo están unidos, como veíamos al principio y cómo el mismo Jesús nos dice que el amor a Dios y al prójimo es lo más importante, toda la fe se deriva de esto, aquí está incluido todo. De hecho Jesús ofrece enseñanzas sobre el concepto del prójimo y retira los límites que existían en su época (y en la nuestra).
Mi prójimo es cualquiera que necesite de mí y al que yo pueda ayudar. No es algo abstracto sino que es un compromiso de tipo práctico que hacemos nuestro.
En los necesitados está Jesucristo (Él mismo se ha identificado con los necesitados) En Jesucristo está Dios. Así Dios y el prójimo quedan unidos.
En esto consiste el amor al prójimo, no solo ofrecerle cosas necesarias sino también amor. Si nos falta el amor de Dios, veremos al otro pero no veremos en él a Dios.
Leer el n.18 como conclusión. Se puede preguntar al grupo por alguna idea que les haya ayudado a nivel personal y establecer un coloquio entre todos.
¡Espero que este resumen os ayude!
No hay comentarios:
Publicar un comentario