lunes, 17 de abril de 2023

EL SIGNIFICADO DE "SER CRISTIANO"

 



Esta reflexión surge a raíz de los comentarios que escucho en la catequesis y en muchos ambientes eclesiales en los que se ha implantado la norma del activismo, donde el que "no hace algo", es como si no existiera; es la productividad, que se ha filtrado también en las parroquias, y que esclaviza a aquellos que se sienten poca cosa si no están en medio de todas las actividades. Sentimos que si no somos productivos -también en la parroquia- no valemos nada, no nos tienen en cuenta. Hay mucha confusión en torno a este tema porque pensamos que ser cristiano es "hacer algo", colaborar sí o sí en todo lo que se organice. Igualmente nos confunde cuando leemos y escuchamos que los discípulos estaban asombrados porque "se les sometían los demonios" y las actividades que realizaban resultaban con mucho éxito.

Pues bien: ser cristiano no es "someter los demonios", ni realizar muchas actividades de evangelización, ni convertir a mucha gente; si Dios nos concede estos dones, bendito sea, pero esas actividades son secundarias.

Lo primero y fundamental de ser cristiano es ver y darme cuenta de que Dios me ama, constatarlo en mi vida, en mi historia, y abrirle mi corazón para que El pueda entrar y transformar mi vida; que a pesar de los sufrimientos y sinsabores cotidianos sea capaz de permanecer alegre porque tengo el amor de Cristo y disfruto de él. Jesús se convierte en el centro sobre el que gira toda mi vida y no los ídolos del mundo: eso es ser cristiano, ser consciente del amor de Dios por mí, de que Dios me ama infinitamente y le dejo actuar en mi vida. 

Lo demás (ser catequista, colaborar en la parroquia, estar en cáritas, formar parte de una hermandad...) está muy bien y es un servicio que Dios me pide que realice en ocasiones, pero esto no es lo más importante; lo verdaderamente importante es vivir mi vida con una actitud de apertura al Amor de Dios.

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