Puedes leer la introducción a los viajes de San Pablo en este enlace.
Este primer viaje corresponde a los años 44-49 y se encuentra reflejado en Hch 13,1-14,28.
El contacto con los paganos de Antioquía que pedían el Bautismo y su propia vivencia de la fe, impulsan a la comunidad a ampliar el campo de acción de los predicadores cristianos. En una celebración, la comunidad, guiada por el Espíritu elige a Bernabé y a Pablo, les impone las manos y los envían al mundo pagano (Hch 13,2-4). Les acompaña también Juan Marcos (Hch 12,12.25; 15,37), primo de Bernabé (Col 14,10).
Anteriormente, Bernabé había llamado a Pablo para que fuese a Antioquía, donde había un campo de acción para él (Hch 11,25-26). Por lo tanto, se observa que Bernabé tiene más autoridad que Pablo. Se entiende que el objetivo del viaje es Chipre, ya que Bernabé era chipriota (Hch 4,36), y las vecinas regiones del sur de Asia Menor, donde las numerosas y florecientes comunidades judías ofrecían una plataforma sólida para la predicación.
A su llegada a la costa de Asia Menor, en Perge de Panfilia, Juan Marcos decide abandonar. A partir de este momento, Pablo es siempre nombrado el primero como jefe de la expedición. Desde Perge llegan a Antioquía de Pisidia. En este lugar se dirigen a la sinagoga un sábado, donde, según la costumbre, Pablo es invitado a comentar un pasaje de la Ley, llegando el mensaje a los corazones de los que estaban presentes. Esto despierta la hostilidad de los judíos y los misioneros se ven obligados a abandonar para dirigirse a Iconio, donde se repite el episodio de Antioquía; esta vez buscarán refugio en las pequeñas poblaciones de Listra y Derbe. Listra es de mayoría pagana y no existe sinagoga pero Pablo predica el evangelio, aunque a penas se le presta atención. Judíos de Antioquía levantaron la voz en contra de Pablo y animaron a la multitud a apedrearlo. Posteriormente, Pablo se repone y sale con Bernabé hacia Derbe.
Después regresan a Antioquía exhortando a las comunidades y estableciendo presbíteros en ellas; reúnen a la comunidad y cuentan todo lo que Dios ha hecho por medio de ellos y cómo "Dios ha abierto a los paganos las puertas de la fe" (Hch 14,27).
La predicación del evangelio en el mundo griego muestra la valentía y el equilibrio de los misioneros ya que estaban presentado y proponiendo la fe en culturas diversas siempre permaneciendo fieles al evangelio de Jesucristo.
Aunque se observan algunos aspectos que pudieran tener que ver más con una narración con elementos de leyenda, en general este primer viaje se acepta como histórico.
Anteriormente, Bernabé había llamado a Pablo para que fuese a Antioquía, donde había un campo de acción para él (Hch 11,25-26). Por lo tanto, se observa que Bernabé tiene más autoridad que Pablo. Se entiende que el objetivo del viaje es Chipre, ya que Bernabé era chipriota (Hch 4,36), y las vecinas regiones del sur de Asia Menor, donde las numerosas y florecientes comunidades judías ofrecían una plataforma sólida para la predicación.
A su llegada a la costa de Asia Menor, en Perge de Panfilia, Juan Marcos decide abandonar. A partir de este momento, Pablo es siempre nombrado el primero como jefe de la expedición. Desde Perge llegan a Antioquía de Pisidia. En este lugar se dirigen a la sinagoga un sábado, donde, según la costumbre, Pablo es invitado a comentar un pasaje de la Ley, llegando el mensaje a los corazones de los que estaban presentes. Esto despierta la hostilidad de los judíos y los misioneros se ven obligados a abandonar para dirigirse a Iconio, donde se repite el episodio de Antioquía; esta vez buscarán refugio en las pequeñas poblaciones de Listra y Derbe. Listra es de mayoría pagana y no existe sinagoga pero Pablo predica el evangelio, aunque a penas se le presta atención. Judíos de Antioquía levantaron la voz en contra de Pablo y animaron a la multitud a apedrearlo. Posteriormente, Pablo se repone y sale con Bernabé hacia Derbe.
Después regresan a Antioquía exhortando a las comunidades y estableciendo presbíteros en ellas; reúnen a la comunidad y cuentan todo lo que Dios ha hecho por medio de ellos y cómo "Dios ha abierto a los paganos las puertas de la fe" (Hch 14,27).
La predicación del evangelio en el mundo griego muestra la valentía y el equilibrio de los misioneros ya que estaban presentado y proponiendo la fe en culturas diversas siempre permaneciendo fieles al evangelio de Jesucristo.
Aunque se observan algunos aspectos que pudieran tener que ver más con una narración con elementos de leyenda, en general este primer viaje se acepta como histórico.
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