martes, 13 de agosto de 2024

SEGUNDO VIAJE MISIONERO

 


Puedes leer la entrada sobre el primer viaje misionero aquí

El segundo viaje corresponde a los años 49/50-52 y se encuentra reflejado en Hch 15, 36 -18, 22.

Después del primer viaje, Pablo y Bernabé permanecieron bastante tiempo con los discípulos. Se planteó el problema de la admisión de los gentiles en la Iglesia y se toma la decisión de no someter a los paganos a la circuncisión ni a la Ley de Moisés.

En el comienzo del segundo viaje se da un enfrentamiento entre Pablo y Bernabé a causa de Juan Marcos, que había abandonado el primer viaje. Bernabé se lleva consigo a Juan Marcos y se dirige a Chipre. San Pablo, por su parte, se enfrenta a la comunidad de Antioquía.

Pablo emprende este viaje en compañía de Silas; visitan Tarso, Derbe y Listra. Después se les une Timoteo y continúan a Iconio y Antioquía de Pisidia Su intención es llegar a Asia Menor pero cuando llegan a Tróade hay un cambio de planes y predican en Macedonia. La primera ciudad va a ser Filipos, seguida de Tesalónica, en donde se convierten muchos griegos. A causa de estas conversiones se producen tumultos entre los ciudadanos y Pablo y Silas tienen que abandonar la ciudad y continuar su viaje a Berea. Les persiguen los judíos de Tesalónica y Pablo escapa de la ciudad solo y llega a Atenas.

En Atenas destaca su discurso ante el areópago, en donde habla del Dios Creador citando a filósofos griegos. Al tocar el tema de la resurrección de los muertos, los que le escuchan muestran su incredulidad.

Después viaja a Corinto donde permanece un año y seis meses. Se encuentra aquí con Aquila y Priscila, un matrimonio judeo-cristiano que ha sido expulsado de Roma. Los judíos denuncian a Pablo y le llevan ante el tribunal del procónsul de Acaya. La denuncia no es aceptada y Pablo, pasado algún tiempo, se embarca para Siria en compañía de Aquila y Priscila.

Llegan a Éfeso; allí se queda el matrimonio y tras un largo tiempo, Pablo llega a Jerusalén para saludar a la iglesia y continúa para Antioquía.

De este segundo viaje misionero destaca que Pablo intenta predicar el Evangelio a una cultura distinta sin que la buena noticia pierda su identidad y sabiendo adaptar el mensaje a nuevas situaciones; de esta manera los oyentes no tienen que perder su identidad para creer en Jesucristo.

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