viernes, 29 de diciembre de 2023

¿QUÉ ES EL MODALISMO O MONARQUISMO?

 


Es una herejía del siglo III, por la que en Dios sólo hay una persona y una naturaleza. Las referencias de Padre, Hijo y Espíritu Santo son aspectos diversos del Dios único, modos de considerar a Dios o de manifestarse. No existe la Trinidad en Dios sino "monarquía" (se le da también el nombre de monarquismo); y cuando se dice que el Hijo de Dios se encarnó y que sufrió la pasión y muerte, fue el mismo Padre quien se encarnó y murió en la cruz.

martes, 12 de diciembre de 2023

EL ORIGEN Y FUNDAMENTO DE LA IGLESIA

Para la teología católica tradicional y la escolástica era in hecho evidente que el Jesús histórico había fundado la Iglesia. En los Evangelios encontramos la persona y la vida de Jesucristo tal como la captaron desde la fe los primeros cristianos. En los Hechos, la Iglesia surgió del acontecimiento de Pentecostés y de la acción de los apóstoles movidos por el Espíritu. En Pablo y Juan constatamos la comprensión teológica de los acontecimientos de la vida, muerte y resurrección de Jesús, junto con una nueva concepción del hombre y del mundo y en las cartas pastorales, una primera organización de las comunidades.

Posteriormente se pasa de la descripción creyente de la realidad de la Iglesia a una segunda fase de reflexión y de comprensión, a la luz de la fe, de las realidades profundas de las que surge y vive esa Iglesia. Desde la época de los Padres San Ambrosio y San Agustín hasta la Edad Media, el nacimiento de la Iglesia se expresa con la imagen mistérica de la herida producida por la lanza en el costado de Jesús crucificado, de la que brota sangre y agua.

Más adelante, en un período en el que predominan preocupaciones de tipo legal, se subraya la elección y el envío de los apóstoles como iniciadores y antecesores, por voluntad de Cristo, de la jerarquía eclesiástica. La contrarreforma distinguirá especialmente el ministerio del Papa.

Con el desarrollo de los estudios históricos se mostró una nueva concepción de la historia y sus métodos. A partir de la Ilustración y de la disputa modernista a comienzos del Siglo XX el tema del nacimiento de la Iglesia se centra en la cuestión crítica de su origen histórico. Hay exégetas y teólogos que afirmaron que la Iglesia no se remonta a Jesús sino que es el resultado de acontecimientos posteriores a su muerte; fue la experiencia de la Pascua lo que originó esta nueva realidad que denominamos Iglesia o, dicho de otro modo, Jesús no pretendió fundar iglesia alguna sino que se limitó a proclamar el Reino de Dios y sus discípulos se reconocieron como la nueva comunidad de salvación. Por ejemplo, Loisy llegó a la conclusión de que el Jesús histórico no había fundado la Iglesia, aunque esta fuera el resultado de su vida y su obra; afirmaba que la tradición apostólica relaciona a la Iglesia más que con Jesús (el Mesías que predica el Reino de Dios), con Cristo resucitado.

La primera reacción de la teología tradicional fue la de afrontar el problema tratando de demostrar que Jesús había fundado la Iglesia utilizando algunos pasajes evangélicos. Pero este planteamiento no tenía mucha solidez si tomamos el término fundar en su sentido jurídico-institucional; no debemos pensar en la fundación de la Iglesia como si se tratara de la fundación o constitución de una sociedad humana, cuando se trata de la prolongación en el tiempo de la presencia de Cristo en el mundo, como signo o sacramento de esa presencia.

Se puede decir que la Iglesia no tiene su origen en el mandato de Jesús sino en toda la acción de Dios en Jesucristo, desde su nacimiento, su predicación y la elección de los discípulos hasta su muerte, su resurrección y el envío del Espíritu.

El Concilio Vaticano II ya tuvo en cuenta esta problemática y el número 5 de la Constitución Lumen Gentium, habla de la fundación de la Iglesia y nos dice que Jesús dió comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva, la llegada del Reino de Dios. La palabra fundación abarca los hechos pascuales de la resurrección y de la donación del Espíritu. Los términos fundar o fundación se deben entender en el sentido de "estar en el origen".

lunes, 11 de diciembre de 2023

EL EVANGELIO DE SAN MATEO (IV)

Podéis leer aquí la primera parte, segunda y tercera.

Tratamos ahora dos temas que son típicamente mateanos: la preocupación moral y el interés por poner la vida cristiana y la Iglesia bajo el juicio futuro de Dios, evitando las falsas seguridades.

Mateo acentúa el aspecto moral de la enseñanza de Jesús. Conocemos su insistencia en practicar la justicia, hacer las obras y dar buenos frutos. La Iglesia está compuesta de trigo cizaña, de buenos y malos ante lo cual no hay que resignarse sino tener paciencia e insistir en los buenos frutos.

Mateo refleja una comunidad judeocristiana para la que el tema de la Ley es central. Jesús con su doctrina y actitud no pretende abolir al Ley sino llevarla a su cumplimiento. En principio, la Ley mantiene su validez pero Jesús pide un cumplimiento que salga del corazón, que no sea meramente externo (5, 27-30). El hombre tiene que dirigir a Dios los frutos de su actuar, pero también lo más intimo y profundo de su ser.

La crítica a los escribas y fariseos radica en que su religiosidad es falsa e hipócrita y con su legalismo usan la Ley para encubrir su falta de justicia, de misericordia y de fe (Mt 23, 23).

Sin embargo, el destino del hombre ante Dios se juega según sea su misericordia con los pobres y necesitados y con los que sufren.

Mateo también subraya que Jesús vendrá como Hijo del Hombre en una función de juez universal y glorioso, que dará a cada uno según sus obras (Mt 16, 27-28; 24, 29-31).

El énfasis escatológico de Mateo no proviene de una comunidad que espera una parusía inmediata o especula sobre el futuro, sino de la necesidad de exhortar a la vigilancia y al bien actuar. 

viernes, 3 de noviembre de 2023

EL EVANGELIO DE SAN MATEO (III)

Continuamos con la exposición sobre el evangelio de Mateo. Aquí tenéis la primera parte y la segunda parte.


Para Mateo, Juan Bautista, Jesús y sus enviados pertenecen a la misma época de la historia de la salvación: todos predican lo mismo, el Reino de los Cielos, y todos encuentran el mismo rechazo en Israel. No se distingue entre el tiempo de Jesús y el de la Iglesia porque Cristo antes de sufrir la pasión y el Resucitado mantiene siempre la misma presencia entre los suyos. Por eso no escribe un relato sobre los apóstoles sino que lo que desea destacar de la Iglesia lo proyecta sobre el relato de Jesús.

Por tanto este Evangelio se considera eclesial por dos razones fundamentales: es el único en que aparece la palabra ekklesia y todo el relato da a conocer la vida de la Iglesia. En Mt 16, 18 Jesús promete la construcción de su Iglesia, que surge tras el rechazo de Israel a Jesús y cuya primera característica es precisamente la aceptación de Jesucristo.


La comunidad de Jesús es su Iglesia en la que él permanece para siempre y debe continuar su misión para todas las gentes. Las características que presenta Mateo son: La presencia de Jesús en medio de su Iglesia (1, 23; 18, 29); la continuidad entre Jesús y la Iglesia (10); y la Iglesia como fraternidad (28, 10; 12, 46-50).

En Mateo la palabra apóstol aparece solo una vez (10, 2) pero el concepto de discípulo se repite mucho. Estos se vincularon de una forma especial con el Maestro pero en la Iglesia ser discípulo significa ser cristiano; precisamente por haber estado vinculados a Jesús se convierten en modelo para el presente. Ser creyente es ser discípulo de Jesús. 

Mateo ve en los discípulos a los cristianos de todos los tiempos; no los idealiza sino que los presenta con sus luces y sus sombras. Su fe se ve amenazada, tienen dudas, o se creen abandonados dibujando así el problema de la fidelidad y la permanencia ante las dificultades más que el del acceso a la fe.

En concreto sobre la figura de Pedro se hacen afirmaciones positivas: es fundamento de la Iglesia, es el primero que reconoce al Señor y es el primer llamado, pero también se apuntan algunos rasgos negativos como la incomprensión del camino de la cruz, las negaciones o su "poca fe". En definitiva, los pecados de Pedro son los de cualquier cristiano.

miércoles, 18 de octubre de 2023

EL EVANGELIO DE SAN MATEO (II)

 Pincha aquí para leer la primera parte de la exposición sobre el Evangelio de Mateo


La relación con el judaísmo fue un problema clave en la Iglesia primitiva y esto se refleja prácticamente en todos los escritos del Nuevo Testamento y especialmente de manera acusada en Mateo.

El evangelista subraya que Jesús es el Mesías enviado al pueblo de Israel. Éste rechaza al Mesías con lo que el contraste se establece entre Israel y el nuevo pueblo de Dios, la Iglesia cristiana. Hay un nuevo pueblo de Dios, abierto a todas las naciones, que se basa en la aceptación de Jesús, en la fe en Él y el cumplimiento de sus enseñanzas. Se acaba la situación privilegiada de Israel pero no se excluye a los judíos. 




La primera designación de Jesús es Mesías; esto responde a la preocupación de presentarle como el Mesías enviado a Israel y como cumplimiento de las promesas. también tiene mucha importancia la descendencia davídica de Jesús, por ello este evangelio es el que más utiliza la expresión "Hijo de David".

El título más importante que se le da a Jesús es el de Hijo de Dios; es el misterio intimo de su persona. A diferencia de Marcos, la confesión de su filiación divina no se reserva para el final del evangelio; los discipulos le reconocen como Hijo de Dios (Mt 14, 33) y también aparece la confesión de fe de Pedro (Mt 16,16). Es en la pasión donde se muestra que Jesús no es Hijo de Dios por una exhibición de poder que podría bajarle de la Cruz, sino en su aceptación como consecuencia de su fidelidad al proyecto del Padre. 




Es también el evangelio donde con más frecuencia habla de Dios como Padre y en el que más veces Jesús habla de "mi padre", dando a entender su relación única con Dios.

Resulta también característico de San Mateo la frecuencia con la que Jesús es invocado como Señor por distintos personajes que se dirigen a Él. Sus discípulos no se dirigen a Él llamándole "maestro" sino Señor, que indica una invocación a Jesús resucitado, presente y actuante en la Iglesia y que un día se manifestará glorioso como juez definitivo.

Para Mateo, en Jesús se realiza la presencia de Dios en medio de su pueblo y este nuevo pueblo se caracteriza por su relación con Jesús. Por eso es "Dios con nosotros".

También se encuentra la designación de Hijo del Hombre, siempre en boca de Jesús a modo de autodesignación.


martes, 3 de octubre de 2023

EL EVANGELIO DE SAN MATEO (I)

 


El evangelio de Mateo siempre ocupó una posición de preeminencia en la Iglesia primitiva de tal manera que cuando se hacía referencia a la enseñanza de Jesús, se recurría a Mateo; de hecho, en un primer momento era considerado "el evangelio" y fué a partir del Siglo II cuando se afianzó el reconocimiento explicito de los cuatro evangelios canónicos que conocemos. Lo que más llama la atención de esta composición de Mateo es su carácter sistemático, sus discursos y la preocupación doctrinal del autor. 

Mateo deseaba responder a una cuestión importante en su tiempo: la relación con el judaísmo. Presenta una síntesis y mediación entre posturas, lo que también influyó en su consideración por parte de las comunidades y a su difusión.

Esta preeminencia se mantuvo hasta el Siglo XVIII cuando con los estudios críticos surgió la teoría de las dos fuentes que hacía de Marcos el evangelio más antiguo y acentuó el interés por esta composición. Con el paso del tiempo volverá a surgir el interés por Mateo al considerar que cada evangelio es un proyecto teológico y literario propio aunque los autores hubieran recurrido a fuentes ya existentes.

El Evangelio de Mateo se considera una síntesis del Evangelio de Marcos y la llamada "fuente Q".  La existencia de esta fuente es una hipótesis de trabajo que surge a raiz de las similitudes que existen entre los Evangelios de Mateo y Lucas.  Q es la primera letra de la palabra alemana quelle, que significa "fuente" y se trataba de una colección de palabras de Jesús sin un contexto muy definido, escrita en arameo y que se tradujo al griego.

Mateo resulta una obra de carácter narrativo con composiciones elaboradas en torno a un núcleo temático, para ser leído de una manera continuada.



Asímismo se percibe una dimensión doctrinal. El evangelista desea instruir a su comunidad sobre los distintos aspectos del Reino de los cielos. Esto se pone de manifiesto en los cinco grandes discursos que se van insertando y van conectando las secciones y proporcionando sentido a todo el conjunto. Cada discurso tiene su tema presentando distintos aspectos del Reino de los Cielos:

Mt 5, 1-7, 29. El sermón del monte: Jesucristo proclama el Reino y sus exigencias.

Mt 9, 35-10, 42. Discurso de misión: la extensión del Reino.

Mt 13, 3-52. Discurso en parábolas: la naturaleza del Reino.

Mt 18, 3-34. Discurso eclesial: la comunidad que acepta el Reino de los cielos.

Mt 23, 1-25, 46. Discurso escatológico: preparados para la venida del Reino.

Aparte de esta dimensión doctrinal con el fin de instruir a su comunidad, el evangelista también incluye aspectos sobre la historia de la salvación, aspectos cristológicos y eclesiológicos. Hay una presentación progresiva de Cristo como Hijo de Dios, en donde confluyen las esperanzas del antiguo testamento pero va a ser rechazado por su pueblo y así surge la Iglesia abierta a todas las naciones. El Mesías enseña y predica la buena noticia del Reino y sana toda dolencia y enfermedad en el pueblo; los discipulos son enviados para continuar su obra. Posteriormente, Jesús se retira y se centra en sus discipulos dada la oposición e incredulidad de su entorno. Tras la ruptura con el judaísmo, se situan el discurso de despedida, la pasión y los relatos pascuales: se reitera que Jesús es "Dios con nosotros".

viernes, 15 de septiembre de 2023

¿QUÉ ES EL MODERNISMO TEOLÓGICO?

 

El Modernismo teológico fue un movimiento surgido a finales del Siglo XIX que se define como el intento de acomodar el mensaje cristiano a las exigencias del pensamiento y de la ciencia de los tiempos modernos por el deseo de renovación de los estudios teológicos y bíblicos y por una reforma de la vida social. San Pío X lo definió en la encíclica “Pascendi” como un sistema filosófico-dogmático que deforma la esencia del cristianismo.

La crisis modernista afectó a un reducido número de intelectuales católicos, a un pequeño número de sacerdotes, a algunos teólogos y a un muy reducido grupo de laicos. La teoría modernista tiene un doble fundamento: el agnosticismo, que sostiene la incapacidad de la razón humana de llegar a Dios, y el inmanentismo (teología del sentimiento) que admite como único camino de llegar a Dios la vía de los afectos, sentimientos y experiencias místicas. El principio metodológico que rige al Modernismo es la ley de la “evolución”. Todo cambia: la fe, la moral, el dogma, el culto, la Iglesia. Nada hay permanente. El error más grave del Modernismo fue el de que al tratar de explicar la fe cristiana, con el fin de hacerla más aceptable a la mentalidad moderna, la vació de todo contenido sobrenatural.

El pensamiento modernista nunca se expuso de modo orgánico, sino en forma de artículos en revistas. No pretendieron los teólogos modernistas abandonar la Iglesia, sino reformarla desde dentro. Pero al aceptar los modernistas los postulados del Racionalismo, que descarta lo sobrenatural, el papa san Pío X se vio obligado a intervenir y lo hizo mediante dos documentos, ambos fechados en 1907: el decreto “Lamentabili” y la encíclica “Pascendi”. En ellos se condenan todo un conjunto de proposiciones modernistas, pues no puede aceptarse que el contenido de la Revelación quede subordinado a los principios de la Ciencia; Revelación y ciencia no se excluyen, ni se oponen, más bien se complementan.

viernes, 1 de septiembre de 2023

LA FORMULACIÓN DEL DOGMA CRISTOLÓGICO (SIGLO II)

 

En el curso de los siglos la Iglesia ha transmitido fielmente la enseñanza de Jesucristo, intentando llegar a una comprensión más profunda de ella, defendiéndola de las falsas interpretaciones y proclamándola en la celebración del culto. Todo esto constituye la tradición en sentido propio, en el proceso de transmisión de la Revelación sobre Cristo. Este proceso no tuvo lugar de manera uniforme. Hubo momentos muy fructíferos junto con otros de estancamiento doctrinal.

La evolución de la doctrina cristológica antes del Concilio de Nicea estuvo orientada a afirmar la doble naturaleza, humana y divina, de Jesucristo, a sostener que es verdadero hombre y verdadero Dios. Ya en el Siglo II se observa la aparición de errores doctrinales que negaban bien la divinidad de Cristo o bien su humanidad.

El ebionismo surgió en el ámbito judeo-cristiano y presenta a Cristo como un hombre, aunque ve en él a un gran profeta pero rechaza la trascendencia de su persona. En esta línea se mueve también el adopcionismo, que se desarrolló hacia finales del Siglo II. Ve en Jesús a un hombre unido a Dios, un hombre divinizado, un hijo adoptivo de Dios mediante el bautismo o la resurrección.

El docetismo niega la humanidad de Cristo; en la encarnación, el Hijo de Dios habría asumido un cuerpo aparente, un comportamiento humano, puesto que era inconcebible que Dios pudiese nacer, padecer y morir.

Ignacio de Antioquía se declaró en contra de estas desviaciones. Afirmó la realidad del nacimiento, del comportamiento humano, de la pasión, de la muerte y resurrección de Jesús. Estos acontecimientos son los que integran el plan salvífico de Dios, dando fundamento a la esperanza del hombre. Humanidad y divinidad constituyen en Cristo una unidad misteriosa. El principio que lleva a tal afirmación es soteriológico: no hay salvación si Cristo no es Dios y si no es solidario con el hombre; si se minusvalora la encarnación también se está minusvalorando la salvación.

Otra figura que fue testigo de la fe de la Iglesia antigua fue Ireneo de Lyon. Destaca la función histórica de Cristo: Era preciso que el Salvador fuese Dios ya que el hombre no puede aproximarse a Dios si Dios no se acerca a el; pero también que fuese hombre, para ejercer su misión de mediador para la salvación de los creyentes.

jueves, 31 de agosto de 2023

CORRIENTES Y CONFLICTOS DEL CRISTIANISMO PRIMITIVO

 

El movimiento de los discípulos de Jesucristo no encontró una vía común de desarrollo. Se dieron dos tendencias: los judaizantes, menos abiertos, cuya cabeza era Santiago, quien tendía a reconducir el mensaje cristiano a la tradición judaica, fiel a las observancias de la Ley y las prácticas del templo, evitando contacto con los paganos e imponiendo la circuncisión. Por otra parte estaban los helenistas, cristianos de cultura griega que se reunían alrededor de personalidades como Esteban.

Para los helenistas había llegado la hora de abolir el Templo y la Ley; en Jesucristo se había manifestado la Sabiduría de Dios, el Reino había llegado y mediante el Bautismo se anticipaba la resurrección.

Este conflicto entre judaizantes y helenistas marcó el primer siglo y dio lugar a diversas tendencias dentro del cristianismo primitivo. 

Con el Concilio de Jerusalén en el año 49 se hizo irreversible la escisión de dichas corrientes. Los judaizantes constituyeron una iglesia judeo-cristiana  con sus prácticas y creencias marcadas por el semitismo. Los helenistas que se habían considerado desautorizados por el Concilio de Jerusalén, ampliaron su acción misionera hacia el mundo pagano y sus herederos son los encratitas del Siglo II. Además de los ideales evangélicos de castidad y pobreza, en estos ambientes echó raíces la doctrina del pecado original. 

Los gnósticos constituyen la facción más extremista de los helenistas que se alejaron de la Iglesia de Jerusalén. Se tornaron críticos y rechazaron el Antiguo Testamento y adoptaron formas señaladas de sincretismo religioso que nada tenían que ver con la tradición apostólica.

En medio de todas estas posiciones extremas, aparecen las figuras de Pedro y Pablo. Compartían el entusiasmo misionero hacia los paganos y la libertad de acción frente a las presiones de otros grupos.

La tradición de Juan tuvo su cuna en Asia menor y contaba con algunas peculiaridades teológicas y litúrgicas: celebraban la Pasión del Señor el 14 de Nisán, el rito bautismal del lavado de los pies y defendían la doctrina del milenarismo por el que Jesucristo volverá para reinar sobre la tierra mil años antes del fin del mundo.

A finales del Siglo II, el papel de la Iglesia de Roma poseía ya unas connotaciones muy claras. Asumió una importancia cada vez mayor, por el prestigio que suponía ser la garante de las tradiciones de los apóstoles Pedro y Pablo.

domingo, 27 de agosto de 2023

APUNTES SOBRE ECLESIOLOGÍA

Comenzamos una serie de entradas de la concepción y reflexión sobre la Iglesia. Esto puede plantearse a distintos niveles, pero el punto de vista que adoptaremos en estos posts será el de la fe, es decir, vamos a adentrarnos en un conocimiento y una comprensión de la Iglesia que parte de los datos de la Revelación y que la presenta como misterio.


En la presentación de la doctrina sobre la Iglesia hay que evitar dos puntos de partida: por un lado, considerar una interpretación exclusivamente espiritualista que estima la institución como un obstáculo para el encuentro del hombre con Dios y, por otro, una interpretación estrictamente sociológica que exalta la realidad institucional de la Iglesia. 

Debemos buscar una buena interpretación que integre los distintos elementos de la realidad de la Iglesia, que es trascendente pero al mismo tiempo está encarnada en el mundo. Nuestro punto de partida será, por tanto, "Creo en la Iglesia"; partimos de la fe en el misterio de la Iglesia con su trascendencia divina y humana en la historia de la salvación, en su perspectiva trinitaria teniendo en cuenta que nosotros somos la Iglesia y que nos tomamos a nosotros mismos como objeto de estudio, de conocimiento y reflexión. Veremos la autoconcienca que la Iglesia tiene de sí misma como objeto.

lunes, 31 de julio de 2023

¿QUÉ ES LA FUENTE Q?

 

Esta hipótesis forma parte de la teoría de las dos fuentes, surgida junto con otras a partir de los estudios realizados a finales del Siglo XVIII.

Según esta teoría, Marcos es el Evangelio más antiguo, del que dependen Mateo y Lucas. La materia común a estos dos últimos, que no se encuentra en el evangelio de Marcos, procede de la fuente Q (primera letra de la palabra alemana Quelle, fuente). Consistía en una colección de palabras de Jesús, sin contexto narrativo, escrita en un primer momento en arameo pero que fue pronto traducida al griego.

lunes, 10 de julio de 2023

¿QUÉ ES EL EBIONISMO?

 

El ebionismo es una corriente judeo-cristiana que existió entre los siglos I-IV y que negaba la divinidad de Jesús. Aceptaban a Jesús como un profeta anunciado en las escrituras, pero negaban su nacimiento virginal y su trascendencia divina; Dios lo eligió por su virtud y lo ungió con al donación del Espíritu Santo en el bautismo y lo hizo hijo suyo.

viernes, 23 de junio de 2023

¿QUÉ ES EL DOCETISMO?

 

El docetismo es una doctrina de los primeros siglos del cristianismo según la cual se niega la realidad carnal de Jesucristo; él no ha sido hombre verdadero y su cuerpo es diferente al nuestro, es apariencia. Su sufrimiento en la cruz, por tanto, también fue aparente. Fue rechazado como herejía.

jueves, 15 de junio de 2023

¿QUIENES FUERON LOS ENCRATITAS?

 

Es una tendencia que surgió en los primeros siglos del cristianismo que defendía la moderación y la abstinencia en algunas cosas pues eran consideradas malas para la persona, por ejemplo prohibían el vino, no comían carne y se privaban del matrimonio.

Ya en el Siglo IV sufrieron la persecución de Teodosio I y finalmente desaparecieron absorbidos por los maniqueos.

Uno de los escritores más destacados de esta tendencia fue Taciano, con su obra "Concerniente a la Perfección según el Salvador".

lunes, 22 de mayo de 2023

¿QUÉ ES EL ADOPCIONISMO?

 

Es una herejía que sostenía que Cristo era solamente un hombre, al que Dios adoptó como hijo en el momento de su bautismo y al que confirió una potencia divina para que pudiera llevar a cabo su misión en el mundo. 

Una variante del adopcionismo fue la que mantenía Pablo de Samosata, obispo de Antioquía entre el 260 y el 268; éste, para conservar la unidad divina, sostenía que Jesús no era Dios sino un hombre como los demás, pero con la diferencia de que, a él, el Verbo se le había comunicado de una manera especial, inhabitando en él.

jueves, 18 de mayo de 2023

RESUMEN DE LA ENCÍCLICA "LUMEN FIDEI" DEL PAPA FRANCISCO

 

Como complemento a la catequesis sobre la fe que impartí, he realizado también este resumen y power point de la Encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco en la formación de catequistas de la parroquia. Según el grupo al que se dirija, será necesario aclarar algunos conceptos que se incluyen en este resumen.


Se puede comenzar animando al grupo a leer la encíclica y leyendo el pasaje donde se explica que la escribió Benedicto XVI pero Francisco hizo algunas aportaciones.

La carta está dividida en una introducción, y cuatro capítulos.

Cristo se presenta como luz, así nos lo dice Juan 12, 46 y Pablo 2 Cor 4, 6. Así parece que ha sido durante mucho tiempo pero en la época contemporánea se ha asociado a la oscuridad de manera que donde la razón no puede llegar, la persona da un salto al vacío, es decir, no sería una luz objetiva que pudiera alumbrar el camino de la persona. Ante el miedo a lo desconocido la persona renuncia  buscar una luz grande y se contenta con pequeñas luces que van iluminando su vida fugazmente.

La luz de la fe ilumina toda la existencia del hombre; si se da un encuentro con el Dios vivo, nos transformamos y recibimos ojos nuevos.

Al final de la introducción nos plantea dos cuestiones que son las que va a contestar la Encíclica: cuál es la ruta que la fe nos descubre y de donde procede su luz poderosa que permite iluminar el camino de una vida lograda y fecunda, llena de fruto.

CAPÍTULO PRIMERO

En la historia de Israel y posteriormente en la Iglesia de Cristo, constatamos en los escritos que tenemos del AT y NT cómo se destaca la presencia de Dios, las muestras de Amor que Dios ofrece. El NT muestra la fe en el Amor pleno, capaz de transformar el mundo: Jesús da su vida por nosotros, Cristo resucitado es el apoyo de nuestra fe que ilumina nuestras tinieblas, 

Nuestra cultura ha perdido esa percepción de Dios; pensamos que Dios está en otro nivel; en cambio los cristianos, que confesamos el amor de Dios, que obra, que se deja encontrar, y participamos en su modo de ver el mundo, esa es la fe. Esto no nos separa de la realidad, al contrario: captamos la realidad de una manera más profunda pues descubrimos cuánto ama Dios al mundo y cómo lo orienta hacia sí; esto nos lleva al compromiso de vivir nuestra existencia con más intensidad. De esta manera somos transformados en criaturas nuevas.

1Cor 4, 7 ¿tienes algo que no hayas recibido? Todas las obras buenas que podamos hacer vienen de Dios.

Dios se ha hecho cercano a nosotros, Cristo es un don. El creyente es transformado por el Amor: “no soy yo el que vive es Cristo quien vive en mí”. El yo del creyente se ensancha para ser habitado por Otro, es participe del Amor de Jesús, puede tener sus ojos, sus sentimientos, su condición filial.

La fe tiene una configuración eclesial: Cristo está unido a los creyentes y los creyentes entre sí, es comunión de los creyentes. Así el cristiano está abierto a todas las personas.

CAPÍTULO SEGUNDO: SI NO CREEIS NO COMPRENDERÉIS

Nos encontramos en una crisis de verdad; se acepta lo que la persona puede medir con la ciencia y las verdades que son válidas a nivel individual. La luz de la fe puede iluminar los interrogantes de nuestro tiempo en cuanto a la verdad.

Amor y verdad están unidos; el amor verdadero da plenitud a la vida, como la verdad y la fidelidad: el Dios verdadero es un Dios fiel. Con la fe podemos tocar al Señor, recibir la fuerza de su gracia.

La verdad común da miedo porque recuerda a los totalitarismos que imponen algo común en lo que creer y seguir. Pero si es la verdad del amor, pasa a realizar el bien común. Hace crecer a la persona, el respeto, nos hace humildes y dialogantes con todos.

La luz de la fe en Jesús ilumina el camino de los que buscan a Dios, ¿qué mejor recompensa puede dar Dios que dejarse encontrar? Cuanto más nos sumergimos en la luz de Cristo, más podemos acompañar el camino de otros hacia Dios.


CAPÍTULO TERCERO: TRANSMITO LO QUE HE RECIBIDO

Quien se ha abierto al Amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener ese don para sí. Este don resuena en otros invitándolos a creer. Es una luz que brilla y se difunde y llega a otros. La fe se transmite de persona a persona, como en la Vigilia Pascual se encienden las velas, vamos plantando una semilla.

Francisco pone esto en relación con que la fe no es una opción individual, por su propia naturaleza se abre al nosotros dentro de la comunión de la Iglesia. La dimensiones de nuestro yo se ensanchan.

La iglesia transmite la fe, que no se reduce a un contenido doctrinal sino que transmite la luz que resulta del encuentro con el Dios vivo. Para transmitir esta riqueza están los sacramentos que ponen en juego la totalidad de la persona. Es el despertar a un nuevo sentido de la vida, el sacramental; lo visible y material están abiertos a lo eterno.

Se analizan elementos para la transmisión de la fe: confesión de fe, sacramentos, decálogo, oración.

Bautismo: el niño es acogido en la fe de padres y padrinos y se destaca la unión entre la Iglesia y la familia en la transmisión de la fe.

Eucaristía: Cristo se da a sí mismo; actualizamos el misterio de Cristo y aprendemos a ver la profundidad de la realidad. Cristo se hace presente y a través de esto nos insertamos en el movimiento de la creación hacia la plenitud en Dios.

La profesión de la fe: somos invitados a entrar en el misterio que profesamos y a dejarnos transformar por lo que profesamos. Nos vemos implicados en la verdad que confesamos.

El padrenuestro: comenzamos a ver con los ojos de Cristo y podemos encender en los demás el deseo de acercarnos a él.

El decálogo: la fe se presenta como un camino hacia la plenitud de la comunión con Dios.

Unidad de la fe: aprendemos a ver la realidad con los ojos del otro y esto enriquece nuestra mirada.

Cada época puede encontrar puntos fáciles o difíciles de aceptar debido a influencias culturales y sociales, por eso es importante vigilar que la fe se transmite integra, todo el depósito de la fe.

CAPÍTULO CUARTO: DIOS PREPARA UNA CIUDAD PARA ELLOS

La fe ilumina las relaciones humanas y revela hasta qué punto pueden ser sólidos los vínculos humanos cuando Dios se hace presente en medio de ellos. Se pone también al servicio de la justicia, el derecho y la paz.

La luz de la fe permite valorar la riqueza de las relaciones humanas; sin amor puede pasar a ser utilidad, interés , miedo… la fe es por tanto un bien común que ayuda a edificar la sociedad. Se pone como ejemplo el encuentro con Cristo sobre todo en los jóvenes; dejarse guiar por su Amor y ponerse en sus manos.

Si intentamos fundar las relaciones sociales exclusivamente en la igualdad no pueden subsistir sin referencia a un Padre común, pues la fe enseña que cada persona es una bendición; vemos la luz del rostro de Dios en el rostro del hermano. La fe nos hace ver la naturaleza como creación de Dios, nos invita a no pensar en la utilidad y el provecho; formas de gobierno justas, pues la autoridad viene de Dios; la posibilidad de perdonar a otros, pues descubrimos que el bien es más fuerte que el mal.

“la fe ilumina la vida en sociedad; poniendo todos los acontecimientos en relación con el origen y el destino de todo en el Padre que nos ama, los ilumina con una luz creativa en cada nuevo momento de la historia”. 

Es fuerza que conforta en el sufrimiento: también hay pruebas dolorosas; en la debilidad se palpa el poder de Dios que la supera. Sabemos que siempre habrá sufrimiento pero le podemos dar sentido, convertirlo en entrega confiada, y que nos hace crecer en la fe y el amor.

No nos olvidamos de los sufrimientos del mundo. Otros han recibido luz de otras personas que sufren, por ejemplo, San Francisco de Asís de un leproso; Teresa de Calcuta, de sus pobres.

La luz de la fe no disipa todas las tinieblas pero guía nuestros pasos en la noche. Al hombre que sufre Dios no le da un razonamiento que explique todo sino que le responde con su presencia que le acompaña en el camino.

Al final de la catequesis, se puede rezar la oración que aparece en la Encíclica: MARIA, RECUÉRDANOS QUE EL QUE CREE NO ESTÁ NUNCA SOLO, ENSÉÑANOS A MIRAR CON LOS OJOS DE JESÚS PARA QUE ÉL SEA LUZ EN NUESTRO CAMINO.

lunes, 17 de abril de 2023

EL SIGNIFICADO DE "SER CRISTIANO"

 



Esta reflexión surge a raíz de los comentarios que escucho en la catequesis y en muchos ambientes eclesiales en los que se ha implantado la norma del activismo, donde el que "no hace algo", es como si no existiera; es la productividad, que se ha filtrado también en las parroquias, y que esclaviza a aquellos que se sienten poca cosa si no están en medio de todas las actividades. Sentimos que si no somos productivos -también en la parroquia- no valemos nada, no nos tienen en cuenta. Hay mucha confusión en torno a este tema porque pensamos que ser cristiano es "hacer algo", colaborar sí o sí en todo lo que se organice. Igualmente nos confunde cuando leemos y escuchamos que los discípulos estaban asombrados porque "se les sometían los demonios" y las actividades que realizaban resultaban con mucho éxito.

Pues bien: ser cristiano no es "someter los demonios", ni realizar muchas actividades de evangelización, ni convertir a mucha gente; si Dios nos concede estos dones, bendito sea, pero esas actividades son secundarias.

Lo primero y fundamental de ser cristiano es ver y darme cuenta de que Dios me ama, constatarlo en mi vida, en mi historia, y abrirle mi corazón para que El pueda entrar y transformar mi vida; que a pesar de los sufrimientos y sinsabores cotidianos sea capaz de permanecer alegre porque tengo el amor de Cristo y disfruto de él. Jesús se convierte en el centro sobre el que gira toda mi vida y no los ídolos del mundo: eso es ser cristiano, ser consciente del amor de Dios por mí, de que Dios me ama infinitamente y le dejo actuar en mi vida. 

Lo demás (ser catequista, colaborar en la parroquia, estar en cáritas, formar parte de una hermandad...) está muy bien y es un servicio que Dios me pide que realice en ocasiones, pero esto no es lo más importante; lo verdaderamente importante es vivir mi vida con una actitud de apertura al Amor de Dios.

viernes, 10 de marzo de 2023

PARA CONOCER Y ENTENDER MEJOR EL LIBRO DEL APOCALIPSIS

 Estos dos primeros videos pertenecen a una serie de charlas que un cura de Toledo está realizando para entender mejor el último libro de la Biblia. No suele ser un libro muy explicado o usado en catequesis pero resultan unos videos muy formativos para los catequistas.







martes, 28 de febrero de 2023

EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN EN 3 MINUTOS

 Este video es un buen material que se puede usar en catequesis de adultos para explicar y aclarar algunas cosas relativas al sacramento de la confesión. Nos muestra este sacramento de una manera muy natural y sencilla para que se disipen las dudas en torno a la mediación del sacerdote para perdonar los pecados. 

Espero que os sirva de ayuda.



martes, 7 de febrero de 2023

CATEQUESIS SOBRE DEUS CARITAS EST, ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI (TERCERA PARTE)

 


Esta es la tercera parte de la catequesis sobre "Deus Caritas Est", encíclica de Benedicto XVI.

En este enlace se encuentra la primera parte.

En este enlace se encuentra la segunda parte.


El compromiso por la justicia y el amor en el mundo actual

-­los medios de comunicación han acercado mucho a los países y culturas. Esto supone a veces incomprensiones y otras compartir dificultades.

Hay muchos medios para prestar ayuda, esto es algo que ya nos recordaba el Vaticano II, el sentido de solidaridad.

-­colaboración entre entidades estatales y eclesiales, con objetivos caritativos, voluntariado. La Iglesia se presta a colaborar con distintas organizaciones, asociaciones, comunidades, etc…

Benedicto XVI se alegra de que haya muchas iniciativas en este sentido.

La actividad caritativa de la Iglesia.

Dice El Papa que el aumento de estas organizaciones es porque el amor al prójimo ha sido grabado en el corazón del hombre y es también efecto de la presencia del cristianismo en el mundo.

¿cuál es la esencia de la caridad cristiana? Por un lado está la respuesta a una necesidad inmediata que observamos, y por otro está la necesidad de humanidad y cordialidad, una atención que sale del corazón. A esto se llega a través del encuentro con Cristo que nos hace abrirnos al otro, no es algo “impuesto” sino consecuencia de nuestra fe.

El ejercicio de la caridad tiene que ser independiente de ideologías o partidos.

La caridad no puede ser proselitismo (explicar el significado de esta palabra). El Amor es gratuito, sin dejar de lado a Dios. Además, muchas veces el sufrimiento en las personas viene por la ausencia de Dios en sus vidas.

Debemos saber cuándo hablar de Dios y cuándo callarnos pues la mejor defensa de Dios es el amor que pongamos al hacer las cosas. Los testigos de Cristo son nuestra actuación: nuestro hablar, nuestro silencio y nuestro ejemplo.

Los responsables de la acción caritativa de la Iglesia

Es la Iglesia misma a todos los niveles. Benedicto menciona el consejo pontificio Cor Unum instituido por Pablo VI y a los obispos responsables en las iglesias particulares.

Muy importante es no dejarse llevar por las ideologías sino por la fe y el amor de Cristo.

1Cor 13 debe ser el modelo para el servicio en la Iglesia. Nuestra actuación es insuficiente si no se percibe el amor por el hombre alimentado del encuentro con Cristo.

Idea MUY IMPORTANTE: En la necesidad de otro, yo me doy a mi mismo, para que ese don no humille al otro; no le doy algo mío sino a mí mismo. Este es un modo de servir que hace humilde al que sirve; no adopta una posición de superioridad sino que imitando a Cristo, ocupa el último puesto, (como Cristo que en la cruz nos redime y ayuda).

De este modo, ayudamos y reconocemos que también nosotros somos ayudados; no es mérito nuestro sino Gracia de Dios. Él nos concede ese don, no son nuestras capacidades personales.

Como somos limitados aparecerá el desaliento. Aquí vemos que somos instrumentos en manos del Señor, hacemos lo que nos es posible y el resto lo confiamos al Señor. Nosotros no gobernamos el mundo.

El contacto con Cristo es fundamental: para no caer en la soberbia ni caer en la resignación se encuentra la oración, el trato diario con Cristo.

El Papa añade que no sabemos porqué Dios muchas veces frena su brazo y no actúa. Aún así los cristianos confiamos en Él, en su amor, en que nos ama.

Para finalizar, apunta que fe esperanza y caridad van unidas. La esperanza va unida a la paciencia para no desfallecer y la humildad para fiarnos de Dios incluso en los momentos de oscuridad. Dios nos ha dado a su hijo, es la certeza de que Dios es Amor. Transforma nuestras dudas. Dios vencerá.

Leer directamente el final del punto 39.

En la conclusión de la encíclica, Benedicto XVI pone ejemplos de los santos que podemos mencionar para que los lean los catecúmenos, y recuerda a María a la que Lucas muestra atareada atendiendo a su prima Isabel. Ella nunca se pone en el centro sino que deja el espacio a Dios. Por eso es tan grande su ejemplo, porque quiere enaltecer a Dios, quiere ser su sierva y se pone a su disposición. Quien camina hacia Dios no se aleja de los hombres sino que se hace cercano a ellos. Esto se ve en María.

Como conclusión de la catequesis se puede leer el punto 35 de la encíclica.

Para finalizar y dar pié a comentar, se pueden poner los videos del Papa Francisco (siendo Obispo de Buenos Aires) en un discurso a Cáritas de Argentina y/o el de “Teresa de Calcuta, EL AMOR”. Una vez visualizados se pueden comentar entre todo el grupo, expresando lo que se ha entendido como amor hacia el otro en estas catequesis, personalizando las experiencias del grupo y compartiéndolas.

Espero que estas catequesis os ayuden a explicar este documento.






lunes, 6 de febrero de 2023

CATEQUESIS SOBRE EL PECADO Y SUS CONSECUENCIAS

Dios crea a Adán pero este se siente solo, no tiene nadie con quien estar y compartir. Entonces crea a la mujer; la mujer es un don de Dios para el varón y en medio de ellos se encuentra el árbol del bien y del mal.

Adán y Eva pueden hacer lo que quieran excepto comer de los frutos de ese árbol. El árbol representa lo que está bien y lo que está mal, tener a Dios en el centro de nuestras vidas. Si Dios está en el centro de nuestra vida, siempre sabremos lo que está bien o mal.

Dios se pasea por ese jardín en donde se encuentran Adán y Eva; quiere ser su amigo.

Aparece la serpiente que tienta primero a la mujer según el relato del Génesis. Si tienta primero a la mujer es porque las mujeres tienen más capacidad de escucha y el demonio ve en esto una opción para poder introducirse en la vida del hombre (varón y mujer). 

La serpiente pregunta a Eva lo que nos pregunta a todos nosotros: qué necesidad tiene de hacer lo que Dios le dice; tienes que ser libre, no necesitas a Dios, tú eres tu propio Dios. 

Las consecuencias de cortar la amistad con Dios son terribles: Adán se esconde de Dios, pues sabe que lo que hace no está bien a sus ojos. Dios mientras tanto le pregunta que porqué se aparta de Él, porqué no vive como Él le ha enseñado.

Vemos a Adán que deja de ser verdadero hombre cuando le echa la culpa a la mujer, está lejos del fin para el que ha sido creado. Si quitamos a Dios de nuestra vida, vemos a los demás como objetos que están para satisfacer nuestros deseos egoístas; ya no les vemos como un regalo, como un don, que es como hombres y mujeres hemos sido creados originariamente. Reducimos la dignidad humana y tratamos a los demás como si fueran cosas, objetos de uso. De esta manera, Adán rompe consigo mismo y con los demás.

Dios nos pregunta ¿dónde estás? llamándonos por nuestro nombre, al igual que lo hizo con Adán (Adán, ¿dónde estás?). Es una llamada a la responsabilidad, a que asumamos la responsabilidad que nos toca ya que hemos sido creados por Dios para acompañar a otros y ayudarles, para ser hermanos.

Ante esta situación, tenemos la figura de Cristo que nos da el camino a seguir diciendo "aquí estoy para hacer tu voluntad"; frente a hacer mi voluntad, lo que yo quiera, se encuentra Cristo en Getsemaní mostrando el camino. Si queremos aprender qué significa realmente ser hombres y mujeres, debemos mirar a Cristo, que quiere hacer de nosotros criaturas nuevas. Con Él, aquel árbol del bien y del mal vuelve a ocupar el centro pero ahora este árbol es de carne, es Él mismo enmedio de nosotros, en el centro de nuestra vida. 

Jesucristo hace nuevas todas las cosas mediante la Cruz; se ofrece como sacrificio en la cruz para que nosotros tengamos vida.

(Es necesario hacer la lectura del Génesis 2-3)



Se pueden seleccionar algunos fragmentos de este podcast de D. José Ignacio Munilla y comentarlos. También el catequista puede seleccionar fragmentos del libro El Comienzo de Todas las Cosas de Romano Guardini para comentarlos en el grupo o plantear alguna pregunta.


jueves, 2 de febrero de 2023

CATEQUESIS: DIOS HA CREADO EL MUNDO POR AMOR



La Biblia comienza, con el libro del Génesis, con el relato de la Creación:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.
Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero. Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras.» E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue. Y llamó Dios al firmamento «cielos». Y atardeció y amaneció: día segundo. Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco»; y así fue. Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó «mares»; y vio Dios que estaba bien. Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra.» Y así fue. La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. Y atardeció y amaneció: día tercero. Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día cuarto. Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste.» Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien; y bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra.» Y atardeció y amaneció: día quinto. Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.» Y así fue. Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba bien.



Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.» Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento.
Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue. Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardeció y amaneció: día sexto.



El primer capítulo del Génesis relata cómo creó Dios el mundo y todo lo que contiene. Hemos leído cómo la creación entera es fruto de su amor y omnipotencia. De la nada y sin utilizar ningún instrumento, Dios fue creando todas las cosas: el cielo y la tierra, los animales y las plantas, el firmamento, los mares, la tierra, …, y su última creación fue lo más perfecto y lo que Él más quería: el hombre creado a imagen y semejanza suya. Así pudo ofrecerle todo lo que había creado previamente, para hacerlo administrador de todo lo creado. Si lo trasladamos a nuestra vida, podemos decir que tú eres fruto del amor de Dios; que te creó porque te amaba, te ama desde siempre y ha querido ofrecerte lo mejor para que seas su administrador y disfrutes temporalmente de todo lo que te ofrece. Ha pensado en tí y en la mejor forma de hacerte feliz; desea que crezcas como persona y por eso te dice que es dándote, ofreciéndote para ayudar a otros es la mejor forma de ser feliz. 

Dios pensó en todos nosotros antes de crearnos; nos ha amado desde siempre y por eso nos ha creado y por el amor que nos tiene, nos ha preparado un lugar precioso en donde vivir, el mundo con toda su belleza. Basta con salir al campo y observar las montañas, las flores, los ríos, o contemplar a un niño jugando, o a una familia reunida a la hora de comer. 

Tras la creación, hace al hombre y a la mujer administradores de todo lo creado porque quiere que las personas cooperemos a su obra con nuestro trabajo y esfuerzo, y con una vocación, formando una familia y entregándonos a ella  o sirviendo a todas las personas, obteniendo de esta manera el fruto de nuestra colaboración con Él.

Preguntas para el diálogo/comentar:

Tras leer el capítulo 1 del Génesis, se pueden dar ecos de la Palabra y comentar estas preguntas:

¿Qué hizo Dios cada día?

¿Cómo creó al hombre?

¿Por qué hemos de cuidar las naturaleza?

¿Cómo podemos dar gracias a Dios por la creación?

Pensar en cómo se concreta la creación de Dios en mi vida y compartirlo.

Visualizamos el vídeo del Papa Francisco y lo comentamos en el grupo.




jueves, 19 de enero de 2023

CATEQUESIS SOBRE DEUS CARITAS EST, ENCÍCLICA DE BENEDICTO XVI (SEGUNDA PARTE)


Esta es la segunda parte de la catequesis sobre la Encíclica de Benedicto XVI "Deus  Caritas Est". En este enlace tenéis la catequesis de la primera parte.

Esta parte comienza en el principio de la segunda parte de la Encíclica hasta el punto 29.

El ejercicio del Amor.
Amor = servicio

Toda la actividad de la Iglesia es una expresión de un amor que busca el bien integral del ser humano: su evangelización, mediante la Palabra, los sacramentos, busca su promoción en distintos ámbitos de la vida. Para atender a las personas.

Para los fieles y la scomunidades la tarea es el amor a Dios y al prójimo empezando por mi comunidad >iglesia particular >Iglesia universal.

Ya desde los primeros tiempos se aprecia este ejercicio de la caridad (en la encíclica hay muchos ejemplos, remitir a la encíclica quien quiera leerlos)

Triple tarea de la Iglesia:

1. anuncio de la Palabra.

2. Sacramentos.

3. Servicio de la caridad. No como una ONG sino como algo que pertenece a su esencia.

El Amor supera los confines de la Iglesia se dirige a todos e.g. el buen samaritano

Justicia y caridad.

Problema: se dice que los pobres no necesitan caridad sino justicia, un orden social justo.

Lo pone en relación con el marxismo que se presentaba como la panacea mediante la colectivización.

Dice Benedicto XVI que un orden justo tiene que ser garantizado por el estado. No puede imponer una religión pero debe garantizar la libertad y la paz. Debe respetar la fe.

La justicia tb es objeto de la política pero ¿qué es la justicia? Al haber mezclados muchos intereses y poderes se corre peligro de no entender lo que significa.

Es un punto en donde política y fe se encuentran. Pues la fe contribuye a que lo que es justo sea reconocido y puesto en práctica, al suponer una relación con Dios en la base de esa reflexión. Es una contribución que hace la Iglesia pero ésta no quiere ponerse por encima del estado, ni hacer ese camino sola ni sustituir al estado ni quedarse al margen.

El Amor siempre será necesario, hay una atención personal que hay que realizar y el estado tendría que apoyar las iniciativas que surgen para esto.

Benedicto XVI deja entrever que el estado se encargaría de los temas materiales sobre todo pero hay un “cuidado del alma” que es muy importante y no se puede dejar de lado.

Aquí tenemos un papel los fieles laicos pues estamos insertos en la vida pública: actividades económicas, legislativas, culturales, sociales… (se puede mencionar la encíclica sobre los fieles laicos de Juan Pablo II. Más adelante subiré también algunos apuntes sobre esta Encíclica, dada la importancia actual de los laicos y que de modo providencial señaló Karol Wojtyla)

Leer como conclusión el final del punto 29.

LUMEN GENTIUM 5

 



El misterio de la santa Iglesia se manifiesta en su fundación. Pues nuestro Señor Jesús dio comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva, es decir, la llegada del reino de Dios prometido desde siglos en la Escritura: «Porque el tiempo está cumplido, y se acercó el reino de Dios» (Mc 1,15; cf. Mt 4,17). Ahora bien, este reino brilla ante los hombres en la palabra, en las obras y en la presencia de Cristo. La palabra de Dios se compara a una semilla sembrada en el campo (cf. Mc 4,14): quienes la oyen con fidelidad y se agregan a la pequeña grey de Cristo (cf. Lc 12,32), ésos recibieron el reino; la semilla va después germinando poco a poco y crece hasta el tiempo de la siega (cf. Mc 4,26-29). Los milagros de Jesús, a su vez, confirman que el reino ya llegó a la tierra: «Si expulso los demonios por el dedo de Dios, sin duda que el reino de Dios ha llegado a vosotros» (Lc 11,20; cf. Mt 12,28). Pero, sobre todo, el reino se manifiesta en la persona misma de Cristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre, quien vino «a servir y a dar su vida para la redención de muchos» (Mc 10,45).

Mas como Jesús, después de haber padecido muerte de cruz por los hombres, resucitó, se presentó por ello constituido en Señor, Cristo y Sacerdote para siempre (cf. Hch 2,36; Hb 5,6; 7,17-21) y derramó sobre sus discípulos el Espíritu prometido por el Padre (cf. Hch 2,33). Por esto la Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador y observando fielmente sus preceptos de caridad, humildad y abnegación, recibe la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino. Y, mientras ella paulatinamente va creciendo, anhela simultáneamente el reino consumado y con todas sus fuerzas espera y ansia unirse con su Rey en la gloria.