jueves, 28 de marzo de 2024

¿QUÉ SON EL MONOFISISMO Y EL MONOTELISMO?

 


El monofisismo es la doctrina que afirma una sola naturaleza en Cristo, la divina. Fue condenada por el Concilio de Calcedonia en el año 451. 

El monotelismo fue una herejía consistente en afirmar la existencia en Cristo de una única voluntad o una única actividad volitiva, operación o energía.

miércoles, 27 de marzo de 2024

LA CRISTOLOGÍA DE SAN AGUSTÍN (S. V)

 

A finales del S. IV se observa en la evolución de la cristología una situación de estancamiento. El problema de la unión de las dos naturalezas de Cristo estaba planteado; la solución de Apolinar fue negar la realidad del alma humana de Cristo, algo que fue rechazado. Las dos naturalezas mezcladas resultaba insuficiente y la presencia de dos naturalezas unidas en una sola persona no pasaba de la formulación verbal.

San Agustín (S. V) encontró una respuesta: el hombre, alma y cuerpo, es asumido por el Verbo, formando con él una única persona. Afirmaba que "así como en la unidad de persona el alma se une al cuerpo para constituir el hombre, así en la unidad de la persona Dios se une al hombre para constituir a Cristo". Es la misma persona del Verbo pero que en Cristo está constituida por el compuesto de la naturaleza humana y de la divina. Por eso Agustín afirma que en la encarnación, Dios se ha hecho hombre y que el hombre Jesucristo es Hijo de Dios.

Aunque Agustín coloca el acento en la unidad de las dos naturalezas, esto no le quita nada a la humanidad de Cristo; hay en él un verdadero progreso cognoscitivo y habla de emociones y sufrimientos de su alma.

martes, 26 de marzo de 2024

LA ACTITUD CRISTIANA Y EL DIÁLOGO ENTRE LA IGLESIA Y EL IMPERIO

 

En los primeros siglos encontramos distintas actitudes entre los cristianos. Había, en ocasiones, una actitud radicalmente en contra del Imperio e incluso había fanáticos que proclamaban la necesidad de presentarse ante las autoridades. Pensaban que buscar el martirio podría ser un medio para liberarse de las ataduras del cuerpo mientras que también se encuentra la postura opuesta, incluso había quien prefería mantener la fe aunque se ésta no se manifestara abiertamente. 

Los obispos trataron de buscar una actitud de compromiso con el Imperio para llevar una línea más acorde con las Escrituras, especialmente tomando como referencia "el tributo al César", reconociendo la legitimidad de las autoridades.

Los obispos se inclinaron a reconocer los aspectos positivos y realizaron intentos de colaboración entre la Iglesia y el poder romano y reconocían los beneficios aportados por las autoridades. Hablaban de la coincidencia cronológica del nacimiento de Cristo y el principado de Augusto, fundador del Imperio, como un signo de la Providencia. Las persecuciones debían ser explicadas como la gestión de unos pésimos emperadores; y el martirio no debía ser buscado, aunque no eludido, llegadas las circunstancias.

el tema de la lealtad cristiana se encuentra en escritos como la Carta a Diogneto y el tratado Contra las Herejías de Ireneo de Lyon. En este ambiente y estado de cosas se llegará al Siglo IV.

domingo, 24 de marzo de 2024

LA DOCTRINA DE ARRIO Y LA DEFENSA DEL DOGMA

 

Para Arrio, el Hijo, la segunda persona de la Trinidad, es una criatura; no es engendrado desde la eternidad por el Padre y no es de la misma sustancia que el Padre. Es como un demiurgo, que se encarnó en un hombre, Jesucristo, y le falta el alma intelectiva humana, que es suplida por el Verbo. Por tanto, está sujeto a la condición humana, a las pasiones y a las debilidades del espíritu humano. Si ha prevalecido por encima de las demás criaturas es porque Dios previó su constancia en las pruebas y su victoria sobre el mal. En sentido estricto, el Verbo no se encarnó para salvar a la humanidad sino para obtener su glorificación ante Dios.

En el Concilio de Nicea se condenó esta doctrina; se reafirmó la Encarnación del Hijo de Dios pero no se tomaron posiciones con respecto a la naturaleza humana de Cristo. Enseñaba que "el Verbo se encarnó y se hizo hombre".

Fue Eustaquio de Antioquía quien señaló la negación del alma humana de Cristo como principal error en el arrianismo y comenzó así la tradición cristológica del Logos-Anthropos, es decir, del Verbo que se hace hombre.

San Atanasio también se posicionó contra Arrio, no por reducir al Verbo a alma de Cristo sino porque lo considera un hombre como los demás, sometido a las pasiones. Atanasio comienza el modelo del Logos-sarx, el Verbo que se hace carne. Explica la Encarnación como el Verbo que tomó un cuerpo en el seno de María.

En estas posiciones todavía se observan ciertas incoherencias, debido a la contraposición entre el dato bíblico y la antropología en la que los autores se apoyaban.

sábado, 23 de marzo de 2024

LAS PERSECUCIONES

 


No se encuentra esclarecido de manera suficiente las acusaciones que se vertían contra los cristianos pero de todas las hipótesis que se han planteado parece que pudo haber, hacia el año 35 d.C., una decisión del senado romano debido a la intención del emperador Tiberio de reconocer la fe cristiana con vistas a poder dominar las agitaciones que se daban en Palestina. La decisión del senado frenó este proyecto y pudo sentar las bases para las persecuciones posteriores.


Nerón responsabilizó a los cristianos del incendio de Roma en el año 64 y se desataron unas prácticas contra los cristianos acusados de desórdenes, entre las que figuran condenas a muerte y leyes represivas por las que debían ser ajusticiados.

A veces se observan ambigüedades entre los mismos dirigentes romanos; En algunas cartas que se conservan, se muestran preocupados porque debían aplicar las leyes existentes pero por otro lado percibían la severidad de tales castigos, con lo que hay especialistas que consideran que altas personalidades comenzaban a simpatizar con el movimiento cristiano.  

Tras un período de persecución, seguían periodos de relativa calma durante los que la Iglesia podía extenderse y reforzarse. La persecución de mayor amplitud fue la de Marco Aurelio en el año 177 en la Galia, aunque es difícil precisar su responsabilidad directa. También en Africa se dieron situaciones de martirio como el de Perpetua y Felicidad, en el año 203, los mártires escilitanos, en el año 180 y otros sucesos que se conocen por escritos de Tertuliano.

Con el emperador Septimio Severo pudo promulgarse un edicto de persecución pero con sus sucesores se inauguró un período de tolerancia hacia los cristianos, ya que se difundió cierto sincretismo religioso en la corte y esto favoreció la tranquilidad en los ambientes cristianos.

Con la llegada al trono de Decio (249-251) dió comienzo otra persecución, puesto que impuso la obligación de ofrecer sacrificios a los dioses del imperio. Como la Iglesia ya gozaba de cierta estrucura y riquezas se propuso desarticularla; muchos cristianos renegaron de su fe, huyeron o compraron certificados que atestiguaban que habían cumplido con el edicto imperial. Decio murió dejando a la Iglesia en una situación grave: el problema de los lapsi, los que habían renegado de su fe y que querían ser readmitidos y los defensores de la fe, quienes gozaban de prestigio en la comunidad por las torturas sufridas.


En el 258 vuelve a haber una nueva persecución con Valeriano. Posteriormente, su hijo Galieno, le restituyó a la Iglesia los bienes que le habían sido confiscados. Durante 40 años la Iglesia gozó de tranquilidad y pudo extenderse, hasta que en el año 303 hubo un nuevo intento de restaurar los antiguos cultos a los dioses del Imperio y con ello, una nueva persecución contra los cristianos. La de Diocleciano y Galerio fue la última, y duró hasta el año 311.

martes, 19 de marzo de 2024

LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO A LOS PAGANOS

 


Las relaciones entre los cristianos y los paganos tuvo que hacer frente a muchas dificultades. No eran aceptados como "otro grupo" junto con los judíos y la sociedad grecorromana; había mucha desconfianza y rechazo hacia este nuevo grupo religioso. Los cristianos tenían su propia identidad por lo que no participaban de la veda social o elementos de vida cotidiana de su entorno, exponiéndose a ser calumniados y maltratados. 

Su predicación resultaba molesta para la tranquilidad de la que disfrutaban los paganos. Hablaban del amor fraterno y la pureza sexual y esto entraba en contradicción con las tramas políticas y sociales que se vivían en la sociedad del Imperio romano. Se temía que los esclavos se adhirieran al nuevo grupo, así como las mujeres y los jóvenes, y que reclamaran los derechos morales que el cristianismo difundía.


Las acusaciones que más se repetían eran antropofagia, por el sacramento de la Eucaristía, incesto, por predicar el amor entre hermanos, y ateos puesto que no aceptaban el culto a los dioses de la sociedad grecorromana. Los cristianos intentaron algunas formas de diálogo escribiendo obras dirigidas a las autoridades romanas y a las personas de las que se esperaría que escucharan: los filósofos. Pero los intelectuales paganos se dedicaron a atacar las doctrinas cristianas y las Escrituras.

Hacia el año 178, Celso, con su obra Discurso Verdadero, consideraba al cristianismo una superstición y a Jesucristo, un profeta. Porfirio, en La Filosofía de los Oráculos, negaba la autoridad de las Escrituras, tachándolas de incongruentes y falsas. Algunos escritores cristianos respondieron en defensa de la fe, como Orígenes, que escribió la obra Contra Celso.

Sin embargo, la reacción de los paganos no se frenó en esta lucha literaria, sino que continuó con medidas represivas y persecuciones.

lunes, 18 de marzo de 2024

LA FORMULACIÓN DEL DOGMA CRISTOLÓGICO (SIGLO III)


A principios del Siglo III comenzaron a extenderse dos herejías trinitarias, el subordinacionismo y modalismo, que tuvieron una gran repercusión a nivel cristológico.


Entre los defensores del dogma, destaca Tertuliano que afirmaba la doble sustancia en Cristo, divino y humano, Dios y hombre, espíritu y carne. A veces las llama sustancias, otras veces estados de Cristo. Las dos naturalezas son distintas e inconfundibles aunque están unidas y cada una conserva sus propiedades. En cuanto a la unidad de las dos sustancias, se verifica puesto que pertenecen a una única persona.

Con respecto a la realidad humana de Jesús y en oposición al docetismo, Tertuliano subraya la presencia en él de un alma humana: Cristo posee una verdadera humanidad, semejante a la nuestra, es decir, un cuerpo y un alma reales. 


En Oriente resulta también importante la figura de Orígenes. Parte de la concepción joánica del Logos encarnado, mediador entre Dios y los hombres y muestra que Cristo no solo asume un cuerpo humano sino también un alma humana. El alma de Cristo está en contacto con el Verbo y aunque sea de la misma naturaleza que las otras almas humanas, es centro de un amor tan grande para el Verbo que la une a él y le confiere la santidad. 

"Esta alma, como hierro en el fuego, está siempre en el Verbo, siempore en la sabiduría, se encuentra siempre en Dios; todo lo que hace, diwnte y entiende es Dios; y por eso no se puede llamar ani defectible ni mudable, que posee la indefectibilidad en virtud de una unidad con el Verbo incesantemente consolidada en el fuego".

El alma explica la unidad de la divinidad y de la humanidad en Cristo; su alma y su cuerpo constituyen una sola cosa con el Verbo, porque a su contacto son divinizados. Por eso se trata de una unión real, no de tipo moral o de voluntad. La razón que esgrime Orígenes para la adopción de un alma por parte del Verbo estriba en que no hubiera podido salvar a todo el hombre si no hubiese asumido todo el hombre. De todas formas, esta exposición resulta todavía un tanto limitada.

viernes, 1 de marzo de 2024

EL ORIGEN Y FUNDAMENTO DE LA IGLESIA (III): LOS DISCÍPULOS Y LOS DOCE

 

Primera parte de este artículo

Segunda parte de este artículo

En los Evangelios aparecen varios grupos de personas siguiendo a Jesús: las muchedumbres, los discípulos y los Doce. Todo el pueblo es el destinatario de la invitación a la conversión y la fe que Jesús hace para acoger el Reino, especialmente los pobres y marginados. De esta manera, su predicación contiene una apertura universal aunque se encuentre dirigida principalmente a Israel.

Jesús llama a los discípulos para que compartan con él una experiencia y la comunidad de vida del Maestro. Dentro de esta comunidad, Jesús convocó a un grupo más reducido con quien mantuvo una relación más estrecha. La presencia de los Doce expresan la voluntad de Jesús de inaugurar la comunidad del nuevo pueblo de Dios.

Los Doce son testigos y apóstoles (que significa enviados) y el objetivo de su misión coincide con la misión de Jesús de anunciar el Reino de Dios y hacer signos que acrediten que el Reino está ya presente. A Pedro se le atribuye un papel especial en el grupo de los Doce; Jesús quiere fundar esta comunidad sobre él y tiene la misión de hacer presente a Jesucristo como último fundamento de la Iglesia. La imagen de las llaves significa la concesión de plenos poderes sobre la casa; la frase "atar y desatar" significa el poder de obligar o liberar de una obligación, de admitir a la comunidad o excluir de ella. Esto se realiza de una manera especial en el perdón de los pecados. Esta es la manifestación de la presencia del Reino de Dios en Jesús: el poder de perdonar los pecados confiado a Pedro y a los apóstoles quiere ser el signo de la permanencia y de la eficacia de la presencia del Reino en la comunidad de Jesucristo.


La figura de Pedro lleva consigo una contradicción entre la llamada a un servicio de primado y la experiencia de la fragilidad; en realidad, se trata de un servicio, de una llamada y encargo que proceden de Jesucristo.